Si ustedes son capaces de
leer esta publicación, seguro habrán
leído o seguido las noticias que publican El Tiempo y El Espectador y habrán
notado que desde febrero de este año, ha habido unos levantamientos ciudadanos
en contra de regímenes políticos autoritarios en Medio Oriente o de personas
que se quedan sentadas en una plaza porque no les dan trabajo en España. También
hay algunos griegos que han salido a la calle y han quemado uno que otro carro,
levantado a puños a uno que otro policía, e ingleses que dejan su mentalidad
caballeresca y británica para ir a hacer motines, romper vidrios de comerciantes honrados y caras de
policías que no son culpables. Todo porque uno de sus compañeros mató a una
persona en una protesta pacífica.
La primera respuesta que
se me ocurre frente a estos hechos, es que los europeos arman un escándalo por
cualquier cosa. Le chuzan a un par de actores celulares y los teléfonos de la casa y
miembros del gobierno, y el dueño de la empresa que intervino tiene que salir a pedir perdón
en público. La histeria del europeo no va conmigo y tampoco con ninguno de los
ciudadanos “bien” de Colombia: como ustedes o yo, que escribimos y leemos sin
vergüenza alguna las entradas de este blog, y a veces fruncimos el seño al
leer Ernesto Yamhuré o José Obdulio en sus respectivas columnas.
Yo les quiero mostrar a
esos europeos cómo protestar en serio. Porque mientras este país se ha caído y
caído en un pozo séptico, al cual somos capaces de extenderle el fondo cada vez
más, estos tipos se indignan por pendejadas: como que se cayó la economía, que
no hay trabajo o que mataron una persona unos miembros de la fuerza pública. La
cotidianidad colombiana está invadiendo al mundo y sus habitantes se han
manifestado por poca cosa. Acá mataron un grafitero al mejor estilo del
gobierno desde 1994, a sus espaldas, y un poco de tuiteros piden impunidad. Pienso que debió ser un error de digitación,
porque lo que se pide normalmente en estos casos, es la inmunidad o la aplicación
lógica de: Adolescente en la calle es igual a atracador o criminal en potencia;
más si este lleva un arma tan peligrosa como una lata de espray con la que
podría jugar cuca-patada con el policía
y ganarle hasta hacerle el famoso caminito del diablo.
Lastimosamente, parece
que nuestro país está cambiando. Ahora agarran a los corruptos y se le presta
el congreso a un ex presidente para corroborar que hay conspiraciones, no contra
él, sino contra su seguridad democrática; clara muestra sobre cómo se debe
Convivir en este país: con motosierras y
en lo que él llamaría poéticamente un osario, y que algunos llamamos fosa
común. Pero me estoy yendo por las ramas
o, como le gustaría al ex presidente, por las extremidades sin llegar al torso de mi texto.
Manifestarse públicamente
no requiere de cometer delitos o hacer
una sentada masiva. Es supremamente simple. Es pensar y actuar análogamente a
cómo lo vienen haciendo los burócratas y funcionarios: demostrarles que nosotros también podemos robarnos
los recursos públicos. No hablo de una simple evasión de impuestos a la DIAN.
Hablo de inscribir como candidato al más albo de todos, al único que realmente
no nos ha robado el corazón, otros órganos del cuerpo ni del Estado: el voto en
blanco.
Esto sí es una verdadera PROTESTA . No como el adelanto de Halloween que
varias celebridades hicieron en contra de la corrupción, La marcha de los
antifaces o el intento hacer moda un lado del pantalón arremangado. Yo no salí porque la invitación me la arengó Mockus, no entiendo
chistes filosóficos y no uso saltacharcos.
De nuevo me fui por las extremidades (perdón pero fueron 8 años de gobierno).La inscripción de este albo candidato tiene una
causa magnífica que debe explicarse con precisión. El asunto es que, la causa
de la que es efecto la inscripción del voto en blanco, aparece después de este
último hecho. Lo que nos da es una relación efecto-causa. Esta manifestación
política está en contra de que el Baloto haya caído sobre un solo individuo, hecho que ocurre dos
semanas después de la inscripción del voto en blanco como candidato. ¿Entendieron?
Acá se protesta es porque
las loterías no saben distribuir la riqueza, pues se cree que ya los funcionarios
públicos no aprenderán. Por ello es que treinta y seis movimientos (si se les
puede llamar así, aunque el único movimiento allí sea el de los aviones) que pretenden sacar la
tajada al reunir de 2000 a 2.500 pesos por voto, inscriben a este candidato
albino. Así pretenden enseñarle a los del Baloto que la torta se comparte, bien
tajada y en 36 partes.
Creo que ese sí es un
buen levantamiento ciudadano. Algo coherente y que no se detiene en nimiedades
como asesinatos, la caída cíclica del
sistema capitalista o la tiranía de algunos como hacen los manifestantes del primer mundo. Hay que
protestar por cosas serias. No intentar servir al mercado adelantando el
Halloween con antifaces, ni cometer delitos. Mantengámonos dentro de la
legalidad, que se nos reconozca una platica y demostremos que sabemos
distribuirla.
Yo iba a inscribirlo en
Bogotá, pero como buen ciudadano colombiano, temblé al pensar que se podría
armar un revolcón.